miércoles, 26 de diciembre de 2007

Los Diguja Quiñones y Diguja Villagómez

Documentos y obras consultadas: “Historia general de la República del Ecuador” Tomo V.- Federico González Suarez.- “Historiografía Colonial de Venezuela” Angelina Lemmo.- “Diguja Villagómez, Notas para la más pronta comprensión del mapa general de la Gobernación de Cumaná, en Anuario del Instituto de Antropología e Historia” Tomo II, 1.965.- “Indice Biográfico de España, Portugal e Hispano América”.- “Gaceta de Madrid 1.710 – 1.786”.- “Escrituras Mayorazgo de los Vegas, en Benavente y San Miguel del Valle”.-“Colección Biográfica, Noticias de Zamora, 1.891”.- anacoweb.com .-AER. CONTRATACION,5490, N.1 R.35. 1.749 CONTRATACION, 5501, N.2. R.20, 1.758.- “México desconocido online”
En el Capitulo IV, Hernando Villagómez, Pag. 10 ya empiezo a contar algo de los Diguja, empezando con los hijos de Juan Agustín Villagómez, Joseph y Antonio Diguja Villagómez. Como decía en el Capitulo citado, el poseedor en 1.752 del Mayorazgo familiar instituido por Hernando Villagómez, era Don Luis Diguja Villagómez, nacido y vecino de Benavente (ZA) y su Regidor Perpetuo, Señor de la Villa de Magaz y de su castillo en 1.777. Posteriormente, el Mayorazgo revirtió en los estados de Don Alvaro de Navia y Osorio, Marqués de Ferreras, Senador del Reino y vecino de Aviles.
( En A.E.R. PLEITOS CIVILES ALONSO RODRIGUEZ (F) Caja 3490,0004/ 3491.0001.- Pleito de Manuel Alvaro de Navia Osorio de Aviles, con Donato Alfonso de Villagómez ,de Benavente, Za. Y Domingo Andrés, vecino de Valderas, apoderado de la Marquesa de Mauri, residente en Nápoles, sobre propiedad de un mayorazgo.)
El misterio que intentaremos descubrir es si estamos tratando de dos personajes distintos, Joseph Diguja Villagómez y Joseph Diguja y Quiñones, o se trata del mismo el que aparece con distinto segundo apellido, sin que hayamos encontrado, hasta ahora, justificación o explicación.Es posible que en esto tenga algo que ver la relación que tiene con José Pizarro, Teniente General, Virrey y Gobernador del Nuevo Reino de Granada, Marqués del Villar, con el que se embarca en 1.740 en una desgraciada expedición a los mares del Sur que después veremos. con más detalle.Vuelto a España en 1.745 fue hecho Teniente de Fragata de la Real Armada.
Se casó en Cartagena de Indias. Desconocemos el nombre de su mujer.Según me adentro en la investigación estoy más convencido de que se trata de la misma persona. Con el nombre de José Diguja, simplemente.
Por su mayor extensión doy lo que de él se cuenta en la “ Historia general de la República del Ecuador”Capítulo sexto.- I.- Varios acontecimientos de grande trascendencia ocurrieron en estas provincias durante el gobierno del presidente Diguja, y en todos ellos se puso de manifiesto el noble espíritu de rectitud y de benignidad que tanto distinguió a éste Magistrado, uno de los mejores del tiempo de la Colonia; la armonía entre la autoridad eclesiástica y el poder civil se habría alterado, si Diguja no hubiera tenido prudencia y circunspección sosteniendo las regalías del patronato en todo lo que le parecía justo, y auxiliando al Obispo, siempre que el Prelado reclamaba el apoyo del brazo secular para mantener incólumes los fueros de su sagrada dignidad.
Tres años después del Obispo Carrasco, y asimismo a los once de gobierno, salió de ésta capital el presidente Diguja, dejando de sí recuerdos tan buenos como no los dejó semejantes ninguno de los presidentes del tiempo de la colonia. El brigadier don José Diguja era caballero por alcurnia, y mucho más por la nobleza de los procedimientos; estaba soltero, y, aunque soldado, sus costumbres eran limpias e irreprensibles, ni se le vio dominado jamás de la codicia, pasión bastarda y, por desgracia muy común en todos los españoles, que con cargos de gobierno venían a las colonias. Los once años del mando de Diguja hicieron a los criollos olvidar los resentimientos pasados y hasta amar su dependencia respecto a la metrópoli; y, se de España hubieran venido siempre a gobernar estas provincias varones tan probos y tan íntegros como Diguja, nuestra emancipación política de la Península habría sido moralmente imposible. Diguja se alejó de Quito dejando a todos pesarosos de su partida.
Don José Diguja fue nombrado Presidente de la Audiencia, Gobernador y Capitán General de Quito en 1.764, pues su título, con la calidad de interino, se le expidió el 5 de mayo de aquel año, estando desempeñando el cargo de Gobernador de Cumaná; recibido su nombramiento, pasó de la Guayra a Cartagena, subió de ahí a Bogotá y vino por tierra a Quito, gastando en su viaje más de tres meses, desde abril hasta julio de 1.767.Diguja estaba en América como diez y ocho años, pues llegó el año 1.749, en la familia del Virrey Alonso Pizarro; antes había recorrido gran parte del continente meridional porque salió de Santander el año de 1.740, embarcándose en el navío llamado El Asia, uno de los que componían la expedición que zarpó de las costas de de España en demanda del vice-almirante Anson.(Ingles)El buque en que venía Diguja no pudo doblar el Cabo de Hornos, y bien maltratado contramarchó a Buenos Aires; parte de la tropa expedicionaria, caminando por tierra y atravesando la cordillera, tocó en Chile, de donde pasó a Lima; en el Callao volvieron a hacerse la vela, y subieron hasta el archipiélago de Juan Fernández, visitando varios puertos del Pacífico, en la flota del Virrey Mendoza, Marqués de Villagarcía, mandó salir para defender los puertos del Perú de las nuevas invasiones extranjeras, que tanto recelo infundíanEn esta primera ocasión permaneció Diguja cinco años en América; en 1.747 vino por segunda vez y regresó inmediatamente; la tercera vez fue en 1.749 y entonces residió en Bogotá hasta el año 1.753 .Era brigadier de los reales ejércitos y Teniente Coronel de la Real Armada.Como ingeniero dirigió en Bogotá la construcción de la calzada en la sabana, y después formó parte de la comisión organizada para entenderse en el arreglo de límites entre las posesiones de España y Portugal, y, con este motivo, recorrió los valles del Orinoco.El año de 1.778, en que terminaba el periodo de su gobierno de Quito, regresó a España, contaba sesenta años de edad .!Quien lo creyera! .!Un gobernante tan benemérito como Diguja no recibió premio ninguno, y tornó a la vida privada sin más remuneración que la de Caballero de la Orden de Carlos III, fundada recientemente.( Ver al final B.)Padeció incesantes contradicciones de parte del Virrey Mesía de la Cerda, a quien habían indispuesto contra Diguja dos empleados confidentes del Virrey y enemigos personales del íntegro Presidente de QuitoCuando Diguja salía de Quito .eligiendo el camino del Sur para regresar a España, estaba ya en Guayaquil su sucesor en el mando, que era don José García de León y Pizarro.
Continuando con “Historia general de la República del Ecuador”
“El verdadero sucesor del Marqués de Selva-alegre, y el vigésimo cuarto Presidente de Quito en tiempo de la Colonia fue, pues, don José Diguja .Don Juan Pío Montúfar, había sido andaluz, granadino, Zelaya fue navarro, y Diguja, castellano. Demos a conocer quien era el nuevo Presidente, y la ardua e inesperada comisión con que debía inaugurar en Quito su periodo de gobierno.
Don José Diguja era español, nacido en la villa de Benavente en Castilla la vieja, estaba soltero y tenía mas de cuarenta años de edad; había recorrido casi toda la América meridional, desempeñando como marino y como militar, importantes comisiones del Gobierno, y se hallaba adornado de cualidades morales sobresalientes; sus modales eran nobles, su corazón bien puesto, y de tal manera sabía asociar la severidad con la mansedumbre, que era por todos respetado y obedecido y de todos generalmente amado.Llegó a Quito el 8 de julio de 1.767.
Su primera medida gubernativa fue la de suspender todas las pesquisas que contra los autores de las sublevaciones pasadas se estaban siguiendo en la Audiencia, con lo cual tranquilizó a la ciudad y se adueñó de la confianza de los vecinos; el mismo dia en que tomó posesión del mando, hizo quitar de la plaza la horca, que por orden del Virrey La-Cerda se había vuelto a levantar en aquel lugar. Calmó también con sagacidad a los indios que estaban en Tabacundo y Otavalo, a consecuencia de las nuevas contribuciones con que se los había asustado, y restableció en todas partes el orden y la tranquilidad pública.
Nada parecía, pues, que sería capaz de causar nuevos trastornos en estas provincias;Diguja despidió a la mayor parte de las tropas traídas por Zelaya, mandó tornar Guayaquil, a Lima y a Panamá las compañías que de allá habían venido y dejó en Quito solamente la guarnición que, para conservar el orden público, le pareció indispensable. Tales fueron los primeros pasos que en la senda de su gobierno dio el nuevo Presidente.(ver al final A.)
Habían transcurrido solamente tres semanas desde que tomara posesión de la presidencia, cuando por medio del Virrey de Bogotá, le vino un pliego cerrado y junto con él un oficio, en el cual se le comunicaban instrucciones prolijas sobre lo que debía hacer para que las ordenes reales, que contenía el pliego cerrado, recibieran el más exacto cumplimiento; se le concedían de seis a ocho días de plazo para abrir el pliego y ejecutar puntualmente lo dispuesto por el Rey. Aunque el pliego venía cerrado y las disposiciones del monarca eran reservadas, con todo Diguja sospechó el objeto de ellas y se armó de fortaleza para ponerlas por obra. Llegó el día octavo, abríose el pliego real y se encontró una Cédula de Carlos tercero, en la cual ordenaba Su Majestad que todos los jesuitas que existieran en Quito, y en todos los demás lugares sujetos a esta Audiencia, fueran reducidos a prisión y luego expulsados irremisiblemente de los dominios del Rey católico de América.
Era el 20 de agosto de 1.767; Diguja había tomado todas las medidas necesarias para evitar un tumulto de parte del pueblo, y había expedido ordenes apretadas, a fin de que la prisión se llevara a cabo en un mismo día en todas las ciudades de la presidencia. , Había entonces jesuitas en Quito, Latacunga, Ambato, Riobamba, Guayaquil, Cuenca, Loja e IbarraPertenecían a la provincia llamada de Quito, los colegios de Buga, Pasto, Popayán y Panamá, y además las Misiones de Mainas en la región oriental y las de los Guaymies en el territorio del istmo de Darién. En la ciudad de Quito había tres casas: el Seminario de San Luis, el Noviciado y el Colegio máximo de San Ignacio. Diguja llamó escribanos de su confianza, encargotes el mayor secreto, y, en la madrugada del 20, cuando el reloj de la Compañía había dado los cuatro de la mañana, llamó a las puertas del Colegio y habló al padre Rector, anunciándole que tenía que intimarA todos los jesuitas una orden severa de Su Majestad; el Rector hizo reunir al punto la comunidad; pasaron también todos los del Seminario al Colegio, y, juntos todos, oyeron, en silencio y con las cabezas descubiertas, la lectura de la real cédula, por la que se los condenaba a extrañamiento perpetuo de todos los dominios del Rey de España. Así que el escribano hubo terminado la lectura de la cédula, el Provincial la tomó en sus manos, la besó, la puso sobre su cabeza y declaró que él y todos sus súbditos estaban prontos a cumplir las órdenes de su Rey y Señor natural. Desde ese momento, se les advirtió que estaban detenidos en la casa como en prisión, y que no les era permitido salir fuera ni comunicarse libremente con los vecinos de la ciudad.
Diguja trató a los jesuitas con grandes consideraciones y miramientos, procurando suavizar, en cuanto le fuera posible, la penosa situación a que se encontraban reducidos; hizo prepara mil quinientas camisas, ropa así para invierno como para verano, muchísimos pares de zapatos, toldos para el camino y casas de posada improvisadas en los sitios despoblados, donde los padres tendrían necesidad de detenerse en sus jornadas desde el punto de residencia hasta Guayaquil; cuidó además de que hubiera chocolate y tabaco, a fin de que los desterrados no carecieran de comodidad en su marcha; y, para la decencia conveniente al estado religioso, dio órdenes de que se llevaran hasta catres, para las dormidas del camino .Hechos estos preparativos, dividieron a los religiosos en dos partidas; la primera salió de Quito el 31 de agosto, la segunda el 4 de septiembre, y quedaron en la ciudad solamente los procuradores de los Colegios y los hermanos coadjutores temporales, que manejaban las haciendas. Concluida la entrega de los bienes y papeles, siguió también a Guayaquil la tercera partida. Cada partida iba acompañada de un alcalde y de un vecino distinguido.
CAPITULO XVI. “ La enseñanza después de la expulsión de Jesuitas”
La expulsión de los Jesuitas obligó a tomar providencias, para suplir su falta en las actividades en que ellos se ocupaban. En carta dirigida al Rey el 3 de enero de 1.768, elpresidente Diguja, después de informar sobre la constitución de la Junta de Temporalidadesdecía respecto a la enseñanza: “ En oportuno tiempo se dieron providencias necesarias a la continuación de los estudios en la Universidad y Colegia de San Luis, encargando sus cátedras a los sujetos más condecorados de la Religión Franciscana a dos clérigos de las de Gramática, continuando dos seglares en las de Cánones y Leyes y el Rectorado de dicha Universidad al Maestrescuela de esta Santa Iglesia, siguiéndose hoy en lugar de la Escuela Suarista con la misma aplicación y método, la Escolástica. El reverendo Obispo de esta Diócesis, con la mayor eficacia y su natural prudencia, ha contribuido con los medios que han sido de su inspección y entre sus providencias habilité prontamente 29 clérigos a cargo de un Vicario Visitador a quien ha delegado sus facultades y todos han partido a relevar los Misioneros del Marañón y Maínas.
La Providencia de Diguja previno sólo al Colegio de San Luis y a la Universidad de San Gregorio de Quito. Quedaron, en cambio, sin reemplazo los colegios que los Jesuitas dirigían en Ibarra, Latacunga, Ambato, Riobamba, Cuenca, Loja y Guayaquil.
El arreglo que hizo el presidente Diguja para dar continuidad a los estudios duró apenas dos años; porque a consecuencia del capítulo veinte y ocho de la Real Cédula de nueve de julio de mil setecientos setenta y nueve de extinguió la Universidad de San Gregorio que tenían los Regulares de la Compañía en el Colegio de San Luis, aplicando los mil pesos de su renta para mayor dotación de la de Santo Tomás.
Para completar la extensa información anterior damos otras que la complementan.
23 de julio de 1.767.- Joseph Angel Diguja y Quiñones asume la presidencia de la Real Audiencia de Quito el 20 de agosto. Por orden de Carlos III se expulsa a los Jesuitas de la Audiencia, y sus extensos bienes son confiscados por la Corona. Sus haciendas confiscadas, más tarde vendidas al remate por la Corona, se convierten en la base económica de los propietarios ricos de la Sierra. 1.777.- El cargo de Presidente de la Audiencia en anulado y Joseph Angel Diguja y Quiñones entra en calidad de Regente. Por el Tratado de San Ildefonso entre España y Portugal, la Real Audiencia de Quito cede gran parte del territorio de la Amazonía a los portugueses. ( Hoy es territorio de Brasil ) Este mismo año en noviembre se sublevan los indios de Tabacundo, Cotacachi, Caranqui y Atumtoqui. Diguja sofoca la insurrección; pero no impone penas de muerte.
“Gaceta de Madrid 17 octubre 1.786 .-Escrituras relativas al Mayorazgo de los Vegas en Benavente y San Martín del Valle.- Fernández Duro, Colecc. Bibliog. De noticias referentes a la provincia de Zamora,.1.891”
Diguja, José, nacido en Benavente (ZA).- Entró como Guardia marina en el servicio del Estado, navegando en la escuadra que al mando de don José Alonso Pizarro, zamorano y probablemente su deudor, se dirigió por el Cabo de Hornos al mar Pacífico ( de Este a Oeste lo más difícil) persiguiendo a la inglesa del Comodoro Ansón; sufriendo grandes penalidades y desdichas, y después de su regreso a España pasó al ejercito. Obtuvo varios destinos en América, como el Gobierno de la ciudad y provincia de Cumaná, el de Comisario para la demarcación de límites al río Orinoco y la Presidencia de la Real Audiencia y Comandancia General de Quito, que desempeñó con desinterés y justificación, como también otros cargos importantes, señaladamente el de pasar el Marañón con una expedición militar. Murió en 1.786 siendo Mariscal de Campo y Gobernador Militar de Ciudad Rodrigo, contando 49 años de buenos servicios y 67 de edad. “Fernández Duro”, Antes citado: Diguja, Luis.- Nacido en Benavente y su Regidor perpetuo, Señor de la Villa de Magaz y su castillo en 1.777.
“Destruge, Camilo: Album Biográfico Ecuatoriano .T .II, III, IV. 1.904 Juan Diguja, natural de Castilla la Vieja y Coronel de los Reales Ejércitos, se posesionó de la Presidencia de Quito el 17 de julio de1.767 y cesó en 1.778.
“Alcedo, Antonio: Diccionario Geográfico Histórico de las Indias Occidentales de América. Tomos, III y IV. 1.788. Joseph Angel Diguja y Quiñones, Coronel de los Reales Ejércitos, pasó promovido a la Gobernación de Cumaná el año 1.667, hasta 1.777 que se suprimió la Presidencia y entró en calidad de Regente
Otras noticias sobre los Diguja sacadas de A.E.R
PLEITOS CIVILES. 1.774 – 1.775 = Ramón Diguja Villagómez, de Palencia, Luis Diguja Villagómez, de Benavente (ZA). Sobre los bienes de Luis Diguja Villagómez.PLEITO. en 1.760, de Luis Diguja Villagómez Ruiz de Velasco de Benavente (ZA) sobre hidalguía.PLEITO. En 1.676, de Antonio Diguja Villagómez.
EN PLEITOS DE LA CHANCILLERIA DE VALLADOLID.- Se encuentra el de :
Diguja Villagómez Ruiz de Velasco, Luis .- Dueño de la Villa de Magáz, vecino y Regidor Perpetuo de Benavente, Zamora, y vecino también de Carabelos, Galicia. Casa con Lucía de Villamañes. I.J. 23 de Dicc. De 1.760 ; R.P. 28 de Feb. De 1.761.
Padres : Juan Agustin de Diguja Vega y Quiñones y Catalina Villagómez Ruiz de Velasco.Abuelos : Antonio de Diguja Vega y Quiñones.- Hijo de Alvaro de Diguja y Juana Vega y Quiñones.- Nieto de Diego de Diguja y Catalina de Rivadeneira.2º Abuº : Alvaro de Diguja e Inés Moran de Robledo.3º Abuº : Diego de Diguja y Mencia de Melgar.4º Abuº : Alvaro de Diguja Palazuelo y María Coco de Robles.5º Abuº : Juan de Diguja y Catalina González Palazuelo.6º Abuº : Lópe de Diguja y Beatriz López.7º Abuº : Martín de Diguja y Ana de Reinoso.8º Abuº : Miguel de Diguja y Lucía de Paz. No pone nada en el 9º puesto.10º Abuº: Jaime de Diguja y María de Cardona.
C. María teresa Rodríguez Villana de Manzano.- Legajo 1.124, Nº 14, Expte. 4.962
( A.)De su comportamiento en este caso: Dedicatoria a José Diguja en el “Luciano” de Eugenio de Santa Cruz y Espejo (1.747 – 1.795 ), patriota, mestizo.“ Quito descubre la faz de todo el mundo, en la persona de V.S. un verdadero héroe, porque apenas llegó V.S. a pisar los términos de esta provincia, cuando ya cayeron de su altar los simuladores de rebeldía y de su templo los ídolos de la nacionalidad.”
(B.) De su Expediente para la Orden de Carlos III, en los libros editados por el “Instituto Salazar y Castro” no he podido encontrarlo. En otro, que solo da el nombre de los Caballeros, dice ( Lib. 114, nº 41 V.689 ).- Hay un Expediente Matrimonial en Segovia, que habrá que pedir para conocer el nombre de su mujer.

1 comentario:

  1. Estimado señor Salinas. He leído, con sumo interés, su comentario sobre Joseph Diguja, un personaje del cual hay muy poca información. Me gustaría saber si tiene el texto de las Notas para la más pronta comprensión del mapa de general de la Gobernación de Cumaná, elaborado por Diguja en 1761, siendo gobernador de dicha provincia, o si tiene alguna información sobre ese mapa.

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